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La otra cara de Susana Villarán (Entrevista)


Luego de perder una apuesta con Terra, la candidata a la alcaldía de Lima por Fuerza Social (FS), Susana Villarán, conversó en exclusiva sobre su vida, pasiones, obsesiones y aspiraciones como mujer y como profesional dedicada a la política.


¿Cuando eras niña que querías ser de grande?

De niña siempre quise ser pianista porque amaba la música clásica, y cuando cumplí siete años, mi padre me dijo que me había comprado el regalo de mis sueños. Bajé las escalares de mi casa toda apresurada para ver si era el piano y me di con la sorpresa que mi padre me había comprado una bicicleta. A partir de ese momento cambié de opinión y nunca más quise ser pianista.


¿Cómo es que descubres tu vocación de servicio?

Lo descubrí desde muy chica, cuando mi tía abuela Rosalía fundó el Hogar de la madre. En ese momento, decidí trabajar junto a ella para ayudar a la gente de bajos recursos. Fue una experiencia única que me permitió ver el lado más humano de las personas.


¿Qué te impulsó a incursionar en la política y lanzarte como candidata a la alcaldía de Lima?

Mi vocación de gestión pública me ha llevado a ser ministra de la mujer durante el gobierno de Paniagua. He fundado el vaso de leche y he trabajado para mejorar la seguridad de la ciudad. Es así como me introduzco en la política. En el caso de Lima, nuestra ciudad necesita un impulso social. Necesitamos un gobierno municipal que se preocupe por igual y por todos. Eso es lo que me motivó a postular.


Fuerza Social, un partido…

Formado por gente honesta. Tenemos una propuesta viable para Lima con propuestas que se centran en el medio ambiente, seguridad ciudadana y transporte público. No tengan duda que tenemos un equipo de primera. Susana Villarán y Fuerza Social es el cambio.


Tus obsesiones…

No poder dormir, sufro de insomnio. Otra obsesión que tengo es la de cerrar bien la puerta de mi casa, no solo por un tema de seguridad, sino por una cuestión de orden.


Una frase que te defina

Soy una mujer de lucha, actitud y carácter que trabaja para hacer gestión social.


¿Qué es lo menos convencional que has hecho?

A los 17 años, bañarme desnuda en la playa León Dormido recitando en francés una frase de Boda, una obra de Albert Camus.


Cuéntanos alguna anécdota que te haya marcado

En el año 1967, cuando tenía 16 años, estaba caminando por la plaza de Huamanga y un campesino me dijo ‘gringa, go home’. A partir de ese momento, me di cuenta que existían dos Perú muy diferenciados, lo cual me motivó a empezar a trabajar para cambiar como persona.


¿Cuáles son tus metas como persona y como profesional?

En lo personal, disfrutar de esos momentos únicos con mis hijos y con mi familia. En lo profesional, contribuir con los derechos de los niños y la mujer.


Lo que más admiras y detestas de una persona

Lo que más admiro es la sinceridad de la gente y lo que más detesto es la soberbia. He tenido varios fracasos en la vida que me han enseñado a ser una persona humilde. Muchas veces los golpes te generan un deseo de cambio.


Una pregunta política ¿Qué opinas de la última declaración de Lourdes Flores Nano en la que afirma que tu eres la Caperucita roja y atrás de te siguen los lobos?

(Risas) Lourdes será la loba. Para empezar, estoy rodeada de gente sumamente capacitada que me cuida. Además, yo no peleo con nadie. Los ataques que recibo son porque estamos subiendo en las encuestas. Lourdes está bajando, por eso me agrede. Otra cosa que hay que tener en cuenta es que los grupos de izquierda, como en el caso de Brasil o Chile, simbolizan el progreso social. Nosotros, al igual que ellos, buscamos hacer de Lima una ciudad para todos.


Luego de las publicaciones de un diario local y un programa televisivo, ¿Tienes miedo que te tilden de payasa al salir vestida de clown?

Me encantaría que me llamen payasa porque todos tenemos un niño dentro y yo no soy la excepción. Además, Lima necesita un poco de alegría.

Antonio Tello / Terra Perú, setiembre 2010

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