¿Se ha buscado en alguna vez en internet?
Me he buscado en internet por tres razones. La primera, para saber cómo impactaba mi gestión como ministro de Relaciones Exteriores durante el gobierno de Alejandro Toledo y recoger opiniones que me permitan hacer mejor las cosas. La segunda, para hacer un seguimiento de algunas iniciativas muy importantes que yo asumí como el tema de la delimitación marítima con Chile o la crisis diplomática entre Perú y Bolivia. Y la tercera, por pura curiosidad.
¿Cómo se definiría?
Como una persona que con el tiempo sueña más y que se vuelve más joven a pesar de los años. Ese es Manuel Rodríguez Cuadros.
¿Cuando era niño que querías ser de grande?
Aunque parezca mentira yo quería ser escritor y diplomático. Sin embargo, mi sueño de ser escritor se cumplió pero no como novelista ni como narrador, sino como escritor de cosas aburridas como temas de política y derecho internacional. Como resultado de ello, tengo cuatro libros escritos.
¿Tiene obsesiones?
Me obsesiona hacer las cosas bien y mi mayor obsesión es la relación con mis hijos y mi esposa. En pocas palabras, mi obsesión es que mi vida llene la vida de mi familia.
¿Qué es lo menos convencional que ha hecho?
Lo menos convencional que he realizado se remonta al año 1971, cuando decidí junto con un amigo ir de Ayacucho a Cusco a pie, pero a los 100 kilómetros desistimos porque la empresa era complicada, llovía, hacía un frío intenso, y una patrulla del Ejército nos rescató. Otra experiencia extraordinaria de mi vida es haber hecho teatro cuando era alumno de primer año de Derecho en la Universidad Mayor de San Marcos. Fui protagonista de la obra “Un tambor diferente” de Eugene Gladstone O’Neill, obra que me permitió descubrir que el teatro es arte y vida, pero lamentablemente lo dejé por un simple motivo: no era mi vocación. De lo contrario, no estaría acá, sino, en las tablas.
¿Y lo más peligroso?
Kayac. Sentí que mi vida estaba en riesgo inminente cuando practiqué este deporte en Lunahuaná. No hay duda que fue una experiencia rápida y extrema.
¿En sus tiempos libres, que hace?
Escucho música, leo y veo mucho cine. Esas son mis tres actividades lúdicas permanentes. Yo soy una persona musical porque escucho de todo. Desde música clásica hasta Lady Gaga porque la música es una manera de conocer la realidad. Mientras que en lectura leo mucho a Julio Cortázar, Mario Vargas Llosa y Antonio Skármeta. En el cine soy bien clásico. Para mí, la película más extraordinaria es “Napoleón”, de Abel Gance, una película épica del cine mudo. Asimismo, me gusta mucho el cine de Federico Fellini, quien distorsionaba la realidad de una manera impecable.
¿De qué se arrepiente?
Me arrepiento de un montón de cosas. Lo último de lo que me arrepentí fue no aceptar una propuesta que se me hizo para escribir un libro sobre política exterior, casi coincidiendo con mi decisión de aceptar la candidatura. Y me arrepiento porque tenía ese libro tan avanzando que quitándole algunos minutos a la campaña lo habría terminado.
¿Qué motivó su decisión de postular a las elecciones del 2011 cuando su actividad ha sido siempre la diplomacia?
Una responsabilidad ciudadana y la convicción que puedo contribuir a que el país mantenga este crecimiento económico, porque el día que el Perú deje de crecer con equidad social no se qué va a pasar con el país.
La política da poder. ¿Qué tanto te gusta el poder?
Yo banalizo el poder porque un diplomático desde que tiene 24 años está todo el día en contacto con él. Habla con el ministro y se reúne con presidentes de otros países, por lo que uno tiene que aprender a banalizar. De lo contrario, el poder se convierte en una enfermedad que lo destruye a uno. Y yo estoy vacunado contra la enfermedad del poder.
Usted ha recibido propuestas de otras agrupaciones. ¿Por qué aceptó la de Fuerza Social?
Porque Fuerza Social refleja la juventud de la política peruana y coincide con mi pensamiento.
Usted trabajó con Alejandro Toledo ¿Volvería a trabajar con él?
Pienso nombrar a Toledo como embajador itinerante para la agenda social de mi gobierno.
¿En qué se diferencia su plan de gobierno del de los demás candidatos?
En que nosotros somos el único partido que plantea combatir la pobreza a través de la industrialización del país y la tecnificación de la agricultura, junto con un cambio radical en la política económica. También planteamos modificar la constitución para que el país no sea un Estado unitario como se establece en la carta magna actual. Tenemos que ponernos frente al espejo de nuestro propio rostro. No podemos esconder lo que es el Perú.
En caso de salir electo, ¿qué sería lo primero que haría como presidente?
Iniciar el proceso de reforma constitucional, inaugurar el programa desnutrición crónica cero para los niños, el programa mujer digna y de pensión de solidaridad para los mayores de 65 años que no recién ingresos. Y crearía el Ministerio de la Juventud y el Ministerio del Desarrollo, Planeamiento estratégico y Tecnológico. Esas serían mis primeras medidas al día siguiente de asumir el cargo.
El tema de la legalización de las drogas está en boca de todos los candidatos. ¿Cuál es su punto de vista?
Estoy absolutamente en contra de que se legalicen las drogas en el Perú. Porque nuestro país tiene una sociedad con una estructura familiar débil. Somos un país con altos niveles de desempleo y legalizar las drogas sería poner ácido muriático en esa débil estructura social.
¿Y sobre un posible indulto a Alberto Fujimori?
Jamás le daría un indulto a Alberto Fujimori porque es una persona que ha sido sentenciada por crímenes de lesa humanidad, asesinatos, ejecuciones sumarias, desapariciones forzadas, torturas, y liberarlo sería atentar contra la dignidad de la patria.
¿Por qué debería votar por usted?
Por mis propuestas.
Si no fuera candidato, ¿Por quién votaría?
Si no fuera candidato me inventaría uno que tenga las ideas de Fuerza Social.
Antonio Tello, Febrero 2011 Terra Perú
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