Liderada por el francés Oliver Conan -quien en diversos viajes a nuestro país desarrolló un apasionante vínculo con los ritmos de la profunda Amazonía-, “Chicha Libre” se presentará hoy en Bizarro Bar para deslumbrarnos y hacernos bailar con sus pegajosos toques de guitarras eléctricas, órganos Farfisa y sintetizadores Moog. “Ofreceremos un sonido alternativo y psicodélico basado en los ritmos peruanos, pero creados y mezclados en Nueva York”, afirma el sexteto de Brooklyn.
Oliver, en una oportunidad mencionaste que “Chica Libre” surgió casualmente.
El proyecto se inició hace seis años, cuando vine a Perú por primera vez para descubrir nuevos ritmos y, sobre todo, para escuchar la música criolla, la cual me atraía mucho. Pero al llegar a Perú, me crucé con la cumbia de la Amazonía, unos ritmos exquisitos que me cautivaron. No dudé en comprar muchos discos de varios compositores peruanos que mostré a mis amigos y colegas al regresar a Nueva York. Inmediatamente, convoqué a músicos de varias partes del mundo para tocar este pegajoso ritmo y divertirnos. Pero sin querer, nos convertimos en un conocido grupo multicultural que daba conciertos, que grabó un álbum y que empezó a vivir de la música.
Tú eres un francés que reside en Nueva York y que por mucho tiempo tu música fue influenciada notablemente por el rock, ¿cómo es que optas por mezclar ritmos tan distantes como los amazónicos?
Porque en la chicha peruana encontré ritmos de la cumbia colombiana, la salsa, el ballenato y el rock psicodélico. Fusiones que solo pude hallar en la chicha antigua peruana. Además, la mezcla de sonidos para lograr la chicha es un proceso único que me encanta.
Como banda, ¿qué han podido encontrar en la chicha que no han hallado en otros ritmos?
Es difícil de describir porque la chicha engloba todos los géneros musicales. Es una melodía original resultado de la mezcla de una gama de sonidos que encuentras en todas partes del mundo.
Entonces, ¿cómo definirían a su música?
Como melodías que se van alimentando de los constantes experimentos creativos que tenemos como grupo.
Para ustedes, ¿Cuáles son los mejores exponentes peruanos de este género musical?
Los Destellos, Manzanita y su Conjunto, los Wembler’s de Iquitos, los Ilusionistas, Compay Quinto, el Grupo Celeste que es de los años setenta y es uno de los mejores, Chacalón y la Nueva Crema y los Shapis.
Teniendo en cuenta que tocarán en un país donde la chicha es un ritmo original y está bastante enraizada en su pueblo, ¿por qué deberían ir a verlos si los “expertos” en la materia están acá?
Porque ofrecemos una versión distinta de la chicha peruana. Un sonido alternativo y psicodélico basado en los ritmos peruanos, pero creados y mezclados en Nueva York. Es similar al caso de los Beatles y los Rolling Stones. Ambos partieron del Blues de Chicago para crear sus propias melodías.
Normalmente los grupos peruanos de chicha van al exterior para satisfacer a las comunidades peruanas que habitan fuera del país. Sin embargo, ¿existe interés en otros públicos, como en la zona donde ustedes se han vuelto conocidos con este ritmo?
Claro que sí. En una ciudad tan cosmopolita como Nueva York, nuestra música está en constante circulación y es consumida por personas de distintas culturas y nacionalidades que disfrutan y bailan cada una de nuestras canciones.
Y no se han limitado a tocar solo en Nueva York. Se han presentado en lugares como Turquía, el Reino Unido, Alemania, Bélgica o Dinamarca. ¿Cómo fue la recepción del público en esos países?
Nuestra música no distingue culturas ni géneros. El público siempre responde con el movimiento del cuerpo, con el baile.
En sus presentaciones, ¿han tenido la oportunidad de compartir momentos musicales con agrupaciones locales?
Con el maestro José L Carballo, de la Nueva Crema, quien tocó con nosotros el año pasado en Los Ángeles; y en Berlín con Ranil, el cumbiambero legendario de Iquitos. Fue una experiencia genial.
¿Están trabajando en nuevos proyectos?
En setiembre vamos a empezar a trabajar en nuestro segundo álbum, que a diferencia de ‘Sonido amazónico’ (la primera producción), será más psicodélico y con un sonido más propio, al estilo neoyorquino.
La chicha y la cumbia amazónica tienen sus raíces en la selva peruana, por algo es conocida como “el poder verde”. Muchos músicos y grupos de esa zona del Perú, como “Juaneco y su combo”, experimentaron con yerbas alucinógenas para componer. Incluso existe un tema emblemático: “Vacilando con ayahuasca”. ¿Ustedes han experimentado de la misma forma?
No, pero estamos dispuestos a probar.
Antonio Tello